lunes, 1 de abril de 2013

XI. Conclusión

En este trabajo hemos realizado un pequeño recorrido por "el mundo de los toros", una vez realizado este toca realizar una pequeña conclusión que debe incluir alguna valoración personal sobre este mundo.
Qué duda cabe que la llamada "Fiesta Nacional", hoy desbancada ampliamente por el fútbol con el que en una época compitió o coexistió en popularidad, ha creado un estereotipo para los extranjero que hoy día dista de la realidad pero que forma parte de la cultura de éste país.
La "fiesta" tiene sus defensores y detractores, si entendemos que el mundo de los toros pertenece a la cultura y fiesta española está demás explicar su defensa, y si podríamos buscar más el motivo de la enfervorizada detracción que muestran aquellas personas que defienden esa postura.
Qué duda cabe que la única parte de la "fiesta" que entendemos que puede generar polémica es aquella en la que entra en juego el animal y este resulta dañado. El resto es un escenario que busca la estética, el adorno, lo llamativo y de alguna manera, al igual que el fútbol o cualquier otro espectáculo agradar a un público que de alguna manera mantiene vivo el espectáculo. Este espectáculo, lo podemos comparar con cualquier paso de Semana Santa donde los nazarenos son los subalternos, banderilleros y picadores en los Toros, las devotas de detrás del paso son las Peñas que jalean al  torero, la banda y las mujeres de mantilla actúan en ambos festejos, el cura que acompaña al paso son los alguacilillos,  y finalmente nos quedaría la figura más importante del espectáculo que sería el paso procesional con sus distintas figuras que tendría su equivalente en el torero y el toro como figuras principales. Esto es acompañado por un enfervorecido público que disfruta del espectáculo que en ambos casos juega con la muerte y en el que todo lo que lo rodea se engalana con sus mejores prendas para ser visto y de esa manera sentirse también importante y participe de la celebración.
Visto lo anterior podrá gustarnos más o menos como nos puede gustar mas ir de feria o de ópera, pero debe de tratarse como lo que es "la fiesta", se como, se bebe, se chilla, se discute, se aplaude, y se disfruta del espectáculo.
Volviendo al que siempre muere en la fiesta, salvo contadas excepciones, y que debe de ser el motivo de los fervientes detractores de la misma: es un actor no invitado a la misma que existe simplemente porque existe la fiesta de los toros. Se ha creado para ese fin. Sin más, cuando desaparezca la fiesta de los toros seguirá coexistiendo con los Leones, monos, elefantes y otros animales, pero en los zoológicos.
La posición de este grupo de gente es que se le infringe un castigo al actor no invitado a la fiesta, castigo que dependiendo de las fuentes que se consulten, causa daño a esta pieza de la fiesta, qué duda cabe que hay sangre, qué duda cabe que también hay sangre en el paso procesional, no solo en la figura del Cristo si no en los que en algunos lugares se meten latigazos como en la edad media, qué duda cabe que el perro que llevan algunos de los que protestan encarnizadamente, está lleno de piojos y atado cruelmente por una cadena, incluso el bichón maltes que tengo y que paseo todos los días,  este cuando lo saco de paseo quizás piense: ¿qué te he hecho yo para que me maltrates poniéndome la cadena?, pues nada, simplemente que te he comprado para esto, y me mira y creo que lo entiende. Quizás en el próximo milenio mi bichón maltes sea el que lleve la cadena y me pasee a mí. ¿Quién sabe? Con esto quiero decir, déjame que tenga perro, si a ti no te muerde. Déjame que vaya de procesiones si voy a estar calladita y déjame que vaya a los toros.
Los Toros han marcado una época en España donde los valores eran otros y donde existía una devoción hacía un tipo de figura hoy en decadencia, el hombre capaz de pelearse y morir en el intento. Anterior a esta época podríamos citar otros símiles como el Gladiador o incluso el Caballero en la Edad Media.
Qué duda cabe que en todas se ha buscado al ídolo y al ganador en el que verse reflejado. En la actualidad ha cambiado el modelo de ídolo y podemos citar desde Justin Bieber a Ronaldo.
Queda claro que el ídolo que tenía que luchar por serlo, hasta  incluso la muerte, hoy por la falta de necesidad de lucha por sobrevivir o simplemente porque la forma de triunfar pasa por el estudio o que le toque una buena primitiva a tu padres han desaparecido los ídolos citados y posiblemente la "fiesta" está abocada a su desaparición, lenta inexorable y sin ayuda de nadie.
                                                                                  

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